Aldosas y cetosas
Aldosas y cetosas
Aldosas
Ejemplo de aldosas
Gliceraldehído.
Tetrosas: eritrosa, treosa.
Pentosas: ribosa, arabinosa, xilosa, lixosa.
Hexosas: alosa, altrosa, glucosa, manosa, gulosa, idosa, galactosa, talosa.
Cetosas
Estructuralmente hablando, la mayor parte de los monosacáridos que están presentes en la naturaleza existe en una de dos formas: aldosa o cetosa; que son moléculas que se diferencian por la presencia de un grupo aldehído o de un grupo “ceto”, respectivamente.
Los ejemplos más comunes de los azúcares cetosas son la dihidroxiacetona, la eritrulosa, la xilulosa y la ribulosa, la fructosa, la sorbosa o la isomaltulosa, entre otros.
Las cetosas se diferencian de otros monosacáridos muy relacionados, las aldosas (que poseen un grupo aldehído, R-HC=O), en que el grupo carbonilo no se encuentra en el extremo de la cadena carbonada, sino que puede estar en cualquier otra posición del monosacárido, por lo que forma un grupo “ceto”, también conocido como RC(=O)R’.
Es una regla general que los monosacáridos más simples son las “triosas”, es decir, aquellos azúcares que poseen solo tres átomos de carbono. Así, la cetosa más simple que puede hallarse en la naturaleza es la cetotriosa dihidroxiacetona.
Nomenclatura
Dependiendo del número de átomos de carbono, las cetosas pueden ser:
– Cetotriosas: las cetosas de tres átomos de carbono como, por ejemplo, la dihidroxiacetona.
– Cetotetrosas: las cetosas de 4 átomos de carbono como, por ejemplo, la eritrulosa.
– Cetopentosas: las cetosas de cinco átomos de carbono como, por ejemplo, la ribulosa.
– Cetohexosas: las cetosas de seis átomos de carbono como, por ejemplo, la fructosa.
– Cetoheptosas: las cetosas de siete átomos de carbono como, por ejemplo, la sedoheptulosa.
Ejemplos
La fructosa, como ya se comentó, es quizá el ejemplo más representativo entre los azúcares cetosas, ya que es sumamente común en los tejidos vegetales y en muchos de los alimentos preparados que consumimos diariamente.
Sin embargo, otras cetosas importantes existen que tienen cierta trascendencia desde el punto de vista industrial, pues son de fácil y económica obtención. Además, así como el resto de los monosacáridos conocidos, son compuestos polifuncionales, polares y solubles en agua, lo que implica que pueden ser sujeto de múltiples transformaciones químicas.
Entre estos monosacáridos destacan:
L-sorbosa
Es una cetohexosa que es 5-epímero de la fructosa. Esta cetosa es un intermediario en la producción industrial de vitamina C a partir de la glucosa.
Isomaltulosa
Este es un disacárido que es producto de la fermentación bacteriana de la sacarosa (compuesta por glucosa y fructosa). Su importancia industrial tiene que ver con su posible conversión a D-manitol o “isomalt”, muy empleado en la gastronomía.
Lactulosa
Esta cetosa es obtenida como un “subproducto” de la industria de procesamiento de lácteos y puede ser convertida artificialmente en N-acetillactosamina, que es un disacárido presente en muchos oligosacáridos con importancia biológica. Además, está disponible comercialmente como un laxante osmótico llamado “laevulac”.
Fuentes de consulta:
Mathews, C. K., Van Holde, K. E., & Ahern, K. G. (2000). Biochemistry. Add. Wesley Longman, San Francisco.
Nelson, D. L., Lehninger, A. L., & Cox, M. M. (2008). Lehninger principles of biochemistry. Macmillan.
Ouellette, R. J., & Rawn, J. D. (2014). Organic chemistry: structure, mechanism, and synthesis. Elsevier.
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